Se trababa,como vemos, de un tablero con 24 casillas por las que los contrincantes se movían en sentido contrario a las agujas de un reloj.
Se apostaban grandes sumas de dinero y dado el gran número de arruinados, se prohibió que se jugara por dinero, y este parece ser el origen de otro de los juegos más populares de los romanos, el 'Felix Sex', o juegos de 'Los Seis Afortunados'.
Idearon sustituir los números de las casillas por seis palabras de seis letras dispuestas en tres líneas y no ya en dos como el duodecim scripta. Lo maravilloso de este juego es que las palabras sirven para descubrir frases inteligentes y de ahí que los tableros sean únicos y que pudieran ser hechos en cualquier momento para aguantar de la mejor forma posible los interminables momentos de espera, de hecho se han encontrado algunos a las entradas de los templos mientras se esperaban las respuestas de los oráculos, y sobre todo en los alrededores de los campamentos militares.
La mayoría de estas frases se relacionaban con el juego por dinero y la buena fortuna, o temas con alusiones militares, indicando que los soldados a menudo jugaban este juego. A veces eran sólo palabras de estímulo, en cierto modo como las galletas de la fortuna. Los tableros en este caso tenían 36 casillas y se comenzaba por la fila central, y moviendo las fichas por el sentido izquierdo al que se comenzaba. En lo demás, las reglas del juego eran las mismas que las del juego Duodecim scripta, de hecho aún hoy estos dos juegos se confunden. En el vídeo que se ve a continuación se siguen confundiendo ambos juegos,pues lo introducen como el juego de Duodecim Scripta cuando realmente es el Felix Sex:
No es una idea muy descabellada relacionar este juego con el de palabras encadenadas al que los alumnos solemos jugar. Por turnos cada alumno debe ir diciendo términos cuyas tres primeras letras coincidan con las tres últimas de la palabra que dijo su contrincante inmediatamente anterior. El ganador es el que consigue expulsar del juego a sus otros contrincantes.
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